martes, 20 de agosto de 2019

LAS OBSERVACIONES DE CLASES

Pasando la ansiedad, los nervios y la mezcla de sensaciones del primer día, en las siguientes observaciones el ingreso al colegio y la permanencia en el aula se fueron haciendo cada vez más agradables. El temor de lo desconocido se fue dispersando para dar paso a otros sentimientos que permiten mejorar la observación del grupo de clases. El saludo del buen día, las miradas y la posición de los alumnos se sienten cada vez más amenas ante mi presencia en el aula.
En los dos primeros días sentada al final de la clase, es posible observar las características generales de los alumnos que se sientan al final. A partir del tercer día, cambia mi posición y perspectiva visual en el aula, porque la docente me pide que me siente en el escritorio, a su lado. De ahí, ahora todo se ve diferente, los alumnos del fondo quedan alejados debido a la amplitud del aula. Me siento más animada y contenta por la actitud de la docente, que me hace partícipe y colaboradora de la clase. Los alumnos de los primeros asientos, están atentos a mis movimientos, se los siente más cerca y con ganas de trabajar en el aula, mientras algunos de más atrás no tienen la carpeta en el banco y otros dos están con sus cabezas apoyadas en el banco. La docente explica la clase, dicta definiciones y los trabajos prácticos a realizar. El aula en general se mantiene en orden, conversan pero en tono moderado. Puedo decir que son alumnos que tienen buen comportamiento y que en general atienden la clase, solo un pequeño grupo parece estar siempre distante.
En la medida que pasan los días de observación, voy identificando las características, los grupos diferentes, los que están distraídos, los participativos, los que conversan, los que siempre se acercan a consultar, se puede decir que existe una amplia diversidad de alumnos, de los cuales rescato el respeto y el orden que mantienen en la clase. Me siento cada día más aliviada y más cómoda por la participación a la que me expone la docente en sus clases, ella mientras da la clase me hace participe en las actividades del aula. Los alumnos por su parte también me brindan saludo amable, sonrisas y trato agradable que me hace sentir muy bien. Considero que esto tiene mucho que ver con la docente co-formadora que esta frente al aula, amable, consideraba y dispuesta a la responsabilidad de su rol…
¡¡Algo muy inesperado sucede!!, una semana antes del cierre del trimestre, la docente desbordada por el tiempo y las fechas de cierre, organiza para la semana siguiente la exposición oral de los alumnos, la cual será la nota final define la situación de aprobar o desaprobar en trimestre, debido al incumplimiento de entrega de trabajos prácticos. Ese mismo día le coincide evaluar en la hora del docente de matemática de 4° 3era una actividad interdisciplinar, por lo tanto me pide que evalué la exposición. En ese momento por mi cabeza pasan mil cosas, debido a la situación de responsabilidad que requiere esta tarea. Mi pregunta es ¿Qué debo considerar a la hora de evaluar?, ¿de qué manera los alumnos van a tomar mi calificación?.
El pedido de la docente, mas alla de la incertidumbre y el temor,  tiene la ventaja de favorecer el vínculo de relación con la docente y los alumnos de la clase y tambien da paso al desarrollo de la instancia de AYUDANTIA en mi residencia.


¡¡...se trata de enfrentar el miedo y asumir el desafío y la  responsabilidad de esta experiencia práctica que será de gran provecho para mi residencia!!!

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